Hace un par de semanas el CEO de Goldman Sachs, David Solomon, indicó que –a partir de julio de este año- su banco de inversión ayudará a las compañías a cotizar en bolsa sólo si tienen al menos un miembro ‘diverso’ en sus directorios, con un foco particular en mujeres. Solomon señaló que el desempeño de las ofertas públicas de compañías estadounidenses con al menos una directora mujer ha sido ‘significativamente mejor’ en los últimos cuatro años que las que no la tenían.
Si bien el número de mujeres en los directorios de empresas es bajo a nivel mundial, con porcentaje de escaños femeninos en directorios de empresas grandes de cerca del 20%, el escenario en Chile es aún más extremo. Del total de 275 directores de empresas que conformaban el índice S&P/CLX IPSA en marzo de 2019 apenas 22 eran mujeres (8%).
Dado lo anterior, ha existido debate respecto de los potenciales beneficios de la aplicación de cuotas de género que obliguen (o incentiven) a las empresas a incorporar mujeres a sus directorios. Las cuotas son conocidas como medidas de ‘discriminación positiva’, pues buscan ofrecer oportunidades más equitativas a ciertos grupos de la población, no obstante hay quienes descartan su aplicación argumentando que éstas antepondrían el género al mérito, victimizando a las mujeres al suponerlas incapaces de alcanzar cargos de alta dirección por sus propios medios.
Ahora bien, ¿qué dice la evidencia económica respecto del efecto que tiene la inclusión de mujeres en los directorios de empresa? La evidencia es mixta. Por un lado, existen estudios internacionales recientes que han encontrado que aquellas firmas que no cuentan con suficiente representación de mujeres en el directorio sufren una mayor caída en desempeño como resultado de las crisis económicas. Estos estudios muestran que existe evidencia de que la participación de mujeres estaría asociada mejores decisiones de adquisición por parte de las empresas y a un mejor desempeño financiero en industrias con prevalencia de exceso de confianza por parte de los CEOs . También se ha encontrado una relación positiva entre los retornos corporativos de los activos y la participación de mujeres en posiciones senior .
No obstante también existe evidencia de que la obligación de aplicar cuotas de género en directorios podría reducir el valor de aquellas empresas con buenos gobiernos corporativos, así como estudios que no encuentran evidencia concluyente de que la diversidad de género en juntas corporativas sea una estrategia para aumentar el valor de la empresa.
Para resolver esta controversia generar evidencia robusta respecto de los efectos que tienen las directoras en los resultados de las empresas es clave. Evidentemente, para que lo anterior sea posible, es primordial que exista un número suficiente de empresas cuyos directorios cuenten con mujeres a bordo.
María Valentina Konow, social FK Economics
Fuente: Diario Financiero