Según el estudio, los precios de las acciones reaccionan a la baja en el corto plazo cuando se designa a mujeres, pero su presencia en directorios mejora el retorno de activos en el largo plazo.
El mercado bursátil sigue teniendo un prejuicio negativo contra las mujeres. Un diagnóstico que encuentra evidencia en el principal reflejo de sus expectativas y creencias: los precios. Según un estudio de la consultora FK Economics, las acciones de las empresas que nombran a una mujer en el directorio tienen peor rentabilidad de corto plazo que el resto del mercado.
La conclusión la obtuvo al analizar el desempeño en el mercado de los papeles que componen el IPSA, tras anunciarse cambios en la conformación de sus mesas de directores durante los últimos 10 años, utilizando una metodología de estudio de eventos que analiza el comportamiento de los retornos accionarios anormales.
De acuerdo a la investigación, si el cambio en el directorio de una firma involucra el ingreso de al menos una mujer, se espera un retorno acumulado anormal de 2,268 puntos porcentuales menor que en el caso en el que no entrase ninguna.
Este mal desempeño de corto plazo contrasta con el retorno de largo plazo de las firmas. El mismo estudio encuentra que no hay diferencias entre el desempeño de las empresas en el largo plazo si es que tienen o no mujeres en sus directorios. Incluso, al medir el desempeño de largo plazo usando el retorno de los activos, se encuentra también un leve efecto positivo al contar con una mayor presencia de mujeres. ‘La evidencia muestra que en ningún caso la mayor presencia de mujeres afecta negativamente el rendimiento real de la firma de largo plazo’, dice Valentina Konow, economista socia de FK Economics. ‘Estos resultados plantean la necesidad urgente de entender las razones que hay detrás de este pesimismo para poder abordarlas de buena manera’.
El estudio, no obstante, recoge el crecimiento que ha tenido la presencia femenina en estas instancias estratégicas de las empresas: en 2010, solo siete de las empresas del IPSA contempladas en este estudio contaron con al menos una mujer en algún momento del año. Esta cifra subió a 22 empresas el año 2019. En 2010, de todas las veces que se incorporó un(a) director(a) nuevo(a) en una de estas empresas del IPSA, un 12,5% de las veces ingresó al menos una mujer. En 2019, esta cifra asciende a 42,9%. El máximo de mujeres en un directorio nunca ha sido mayor a tres en estas empresas.
‘Este estudio nos muestra la existencia de sesgos inconscientes’, dice Maribel Vidal, vicepresidenta de McCann Worldgroup y directora de Red de Mujeres de Alta Dirección. ‘Si bien estos sesgos responden al contexto cultural de cada país, es importante tomar conciencia de su existencia, así como entender que la incorporación de mujeres a cargos de alta dirección y en posiciones de poder debe ser vista como un proceso de complementariedad natural, donde se incorporan talentos de hombres y mujeres en igualdad de condiciones’.
De acuerdo al estudio de la consultora FK Economics, si el cambio en el directorio de una firma involucra el ingreso de al menos una mujer, se espera un retorno acumulado anormal de 2,268 puntos porcentuales menor que en el caso en el que no entrase ninguna.