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¿Es más seguro viajar en Metro que participar en una reunión social?

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En situaciones en las que no se puede mantener el distanciamiento social y no se cumple con el uso de la mascarilla, el riesgo de contraer Covid-19, aumenta.

Evitar las aglomeraciones, utilizar mascarillas, mantener al menos un metro y medio de distancia con las otras personas y lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón. Esas son las principales recomendaciones que según los expertos debemos cumplir para disminuir la posibilidad de contagio con virus Sars-CoV-2, causante de Covid-19.

Sin embargo, cuando se trata del transporte público y especialmente de los viajes en Metro, no siempre se puede cumplir con esta distancia. Sin embargo, a juicio de Louis de Grange, presidente del directorio de esta institución, hoy es más seguro viajar en metro que asistir a una reunión social, así lo expresó recientemente en una entrevista a La Tercera.

«El 73,7% (de los brotes) se origina en reuniones sociales o familiares intradomiciliarias. En términos relativos, es mucho más seguro andar en Metro que ir a una reunión social o a un restaurante. Entre las razones de ello, se pueden mencionar varias: el nivel de sanitización de los trenes y de los espacios comunes es de muy alto estándar, a lo que hay que sumar la mayor ventilación dentro de los coches y al mismo comportamiento de los pasajeros, que son muy responsables para seguir las medidas de autocuidado, pues siempre están con mascarillas y tienden a ser más prudentes que en otros lugares”, dijo el fin de semana.

¿Tiene razón? Según la infectóloga de la Clínica U. de Los Andes, María Luz Endeiza, sí. “En el Metro o en cualquier otro transporte público, las personas están más asustadas, no conocen a los otros pasajeros y están más conscientes de utilizar las mascarillas. Además, son trayectos que en su mayoría duran menos de una hora, las puerta se abren a cada rato y hay ventilación. En las reuniones sociales, en cambio, las personas se sacan la mascarillas, son sus familiares o conocidos, y se sientan a menos de dos metros de distancia por lo que, al hablar tan cerca igual caen gotas desde la persona con la que se está hablando. Se generan aerosoles y si es un lugar mal ventilado, hay riesgo”, señala la especialista.

Según la especialista, aun cuando las reuniones sean en un patio o lugar abierto, se debe utilizar mascarillas y quitarla solo para comer o beber, pero manteniendo más de un metro de distancia. “Con los familiares o amigos, se baja la guardia, pero hoy la principal vacuna que tenemos es la mascarilla. Los que más se han contagiado es por las reuniones sociales”, insiste Endeiza.

Vivian Luchsinger, viróloga e investigadora del Instituto de Ciencias Biomédicas (ICBM) de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, dice que en las reuniones sociales, las personas se relajan, no usan mascarillas ni mantienen distanciamiento físico porque tienen una falsa sensación de seguridad y como conocen a las personas con quienes están, rompen todas las estrategias de seguridad y tienen un alto riesgo de infección. “En el Metro, las personas son desconocidas y se usa mascarilla. El punto es que si hay muchas personas por carro no se puede hacer distanciamiento. Si no se logra tener más de un metro o dos metros de distancia, no se cumple con una de las condiciones de disminución de riesgo”, explica. En esa comparación, viajar en Metro, es menos riesgoso que estar en una reunión social sin mascarilla, concluye.

Distanciamiento

En agosto del año pasado, un estudio realizado por investigadores del Instituto Sistemas Complejos de Ingeniería (ISCI) albergado en la U. de Chile determinó las políticas de transporte se debieran implementar en desconfinamiento para evitar aglomeraciones en paraderos y vehículos de transporte público.

El estudio de los investigadores Leonardo Basso (U. de Chile), Hugo Silva (U. Católica) y Felipe Sepúlveda (FK Economics), actualizó un modelo desarrollado por Basso y Silva en 2014. Según este informe, para reducir la cantidad de personas en el transporte público (buses) en al menos un tercio para intentar cumplir con la medida de un metro de distancia entre los pasajeros, espacio libre sugerido por la autoridad sanitaria, se deben incrementar las medidas de gestión (vías exclusivas, reducción de la movilidad y horarios diferidos), además de duplicar el subsidio actual y aumentar la flota de buses en 30%.

Leonardo Basso, Ingeniero Civil, Magíster en Ingeniería de Transporte de la Universidad de Chile y director del ISCI, señala que existen estudios específicos que miden ventilación al interior del transporte público pero no hay nada concluyente. “Lo que sí tenemos claro es que mientras más cerca este una persona de otra y permanezcan más tiempo juntas, hay mas riesgo de contagio, por lo que todo aquellos que ayude a tener un menos hacinamiento, hace que las personas estén más protegidas”.

Todas las grandes ciudades tiene el problema de muchas personas en horario peak en el transporte público, no es solo en el Metro de Santiago. Lo ideal es que las personas evitaran las reuniones sociales y se tomaran medidas para que menos personas se vean obligadas a utilizar el transporte público en horas puntas. “Desde noviembre del año pasado, hemos tenido una movilidad similar a la que teníamos las dos primeras semanas de marzo, antes de la pandemia. La movilidad está alta y estable. Tenemos una ciudad en full movimiento, con algo de teletrabajo pero son personas en su mayoría de altos ingresos que viajan en automóvil, por lo que el impacto es en ese grupo y no en el transporte público”, señala Basso.

Estudios

En septiembre, un estudio publicado en la revista JAMA Internal Medicine, mostraba que una sola persona contagió a 23 personas con las que compartió un viaje en un bus de transporte público mal ventilado en China. La investigación demostró que el virus se transmite por el aire y que es necesario ventilar los espacios cerrados, para disminuir el riesgo de contagio

En este caso, se trató de un viaje de 50 minutos a en la ciudad de Ningbo, en el este de China y que se realizó en enero, antes que las mascarillas faciales se volvieran obligatorias en muchas partes del mundo.

Los científicos lograron trazar un mapa de dónde se sentaron los otros pasajeros y también probarlos para detectar el virus, y posteriormente se confirmó que 23 de 68 pasajeros estaban infectados en el mismo autobús y a una distancia superior a los dos metros del paciente cero.

Como conclusión, los investigadores señalaron que “en ambientes cerrados con recirculación de aire, el Sars-CoV-2 es un patógeno altamente transmisible”.

Para Ricardo González, urgenciólogo de Clínica Alemana, hay aspectos que se deben considerar. “No es lo mismo tomar Metro a las 7 u 8 de la mañana cuando es imposible respetar la distancia social, que hacerlo al mediodía cuando hay menos personas en los vagones. Es cierto que puede haber más ventilación que al interior de una casa, pero es un lugar con muchos fomites o superficies en los que se puede mantener el virus como las barandas, manillas, asientos”, señala.

Lo importante dice González es que una vez que la personas se ingresa a la estación o al vagón del Metro, nunca más se toque la mascarilla para acomodarla y menos se la saque para comer o beber. En cuanto salga del Metro, utilizar alcohol gel para las manos y llegando a la casa o el trabajo, desechar esa mascarilla y lavar las manos con agua y jabón, siempre.

Fuente: La Tercera.

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